Pasé tardes enteras y noches en vela intentando encontrarte.
En aquel tiempo pensé que lo lograría.
Y ahora aquel suena tan lejano...
Tan lejano como tu voz ,
que reconcome , desgasta y taladra mi mente ,
y me deja sin ganas de pronunciar tu nombre ,
y te alejas ,
ahora aquel eres tú.
Aquel que 'olvidó' quedarse ,
aquel que quizá no quiso estar aquí ,
aquel obcecado de confusiones ,
un aquel sin cuidado.
Y entonces te fuiste ,
arrastrando los recuerdos
atados a ti y a tus besos,
por el suelo,
con el hilo que cose mis heridas ,
rojo ,
como el pintalabios que más te gustaba ,
o como la lencería que más deseabas, corazón.
Rojo chillón.
Que busca una manera sutil de llamar tu atención ,
que busca la manera de llamarte ,
ya desesperado,
y sin sutilezas,
sólo con un pellizco de tiempo y un tarro de angustia,
y ahora cruza los dedos ,
ya no sabe jurar,
nunca supo jurar,
fue más de prometer,
y así acabo,
y así acabamos,
con las mentiras recorriendo lentamente nuestras mejillas,
mentiras que nunca me dejaste limpiar ,
que quedaron grabadas a fuego en tu mente,
y ardieron,
dejando sólo las cenizas,
cenizas que tu guardaste en el bolsillo del rencor,
que nunca liberas,
y que puede contigo.
Y es cuando el peso recae sobre uno de los dos,
demasiado peso para una sola persona,
pero intenté ayudarte,
y no me dejaste,
porque nunca me has necesitado.
(El tiempo cambia a las personas , y es cierto , este ya no eres tú)
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